Tenía esta cajonera de escritorio que no me gustaba y decidí darle un cambio de imagen.
Primero, con papel de lija, hay que rebajar los bordes de los cajones para que después de ser pintados no se atasquen.
Cuando ya esté todo lijado, ¡es hora de pintar!
Yo lo he pintado de color pistacho, porque tengo la habitación en verdes, y he añadido motivos musicales, uno diferente para cada cajón, así los podré intercambiar cuando quiera que se vea diferente.
En la parte superior y posterior le he pegado trozos de papel especial y he pintado espirales.
¡No os olvidéis de proteger la mesa!
Quedo bien bonito...
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